viernes, 7 de octubre de 2016

Un paseo por los sueños

Hoy me decido a cocinar de forma distinta, sin fogones, sin pedidos ni clientes. Hoy quiero cocinar desde estas líneas, quiero intentar traspasar las pantallas de vuestros dispositivos para hacer vivir mi pasión por la cocina.
Lo primero que aprendí que el ingrediente principal a la hora de cocinar es el amor, sin el nada de lo que creamos tendría sabor, ni fuerza, no tendría sentido, en definitiva no tendría vida. Pero no puedo seguir sin antes presentarme. Soy  Javier Zamorano, un loco enamorado de la cocina, desde muy pequeño tenía claro lo que quería ser y la verdad, la vida me ha premiado con mi deseo, poder dedicarme a cocinar.
A mis 41 años solo puedo asegurar que sé el 3% de lo que es la gastronomía, y si el día que deje este mundo llego al 10%, podre decir que mi parte profesional está cubierta con creces, pero ya os dejo de aburrir con mis pensamientos y pasemos a la salsa de la vida.
Mi intención a la hora de escribir estas sencillas líneas, es transmitir los conocimientos que tengo del maravilloso mundo de la cocina y si consigo que solo uno de vosotros se decida a elaborar un plato de los que aquí os iré poniendo, ya tendrá todo el sentido del mundo. No solo pretendo escribir recetas, para eso ya existen un montón de libros fantásticos escritos por grandes profesionales, lo que realmente busco es que os divirtáis cocinando como lo hago yo, por eso intentare escribir como cocino.
Hoy podíamos darnos una vuelta por nuestros viejos mercados, por ese mundo lleno de color, podemos descubrir un mundo lleno de posibilidades donde poder crear, investigar, experimentar y sobre todo divertirnos.
En nuestro paseo podemos detenernos hoy en varias paradas, nuestro punto de partida será la pescadería, buscaremos una merluza fresca y la pediremos que nos la preparen en lomos, sin piel ni espina, que también nos lo llevaremos en nuestra maleta de los sueños, con un kilo de este manjar para 4 personas será suficiente. Pediremos 200 gramos de gamba arrocera y seguiremos nuestro viaje hasta la frutería, compraremos un puerro, un manojo de espárragos trigueros y un ramillete de albahaca. Seguiremos dando un paseo por las galerías del mercado observando el género que nos presentan para realizar otros platos cualquier día de estos, hasta llegar a las tienda de los vinos donde pediremos una botella de un verdejo 100% apuesta ganadora para regar nuestra creación de hoy. Y ya pondremos nuestro rumbo a nuestra cocina, la puerta de nuestro deleite.
Lo primero que haremos será meter el vino blanco a enfriar y después será hacer un maravilloso fumet, un caldo de pescado que nos dará la base para nuestra cena, pondremos agua a hervir acompañada de la piel y la espina de la merluza, las cascaras de las gambas, el verde del puerro y los extremos de los espárragos (la parte de abajo), le pondremos sal y dejaremos cocer tranquilamente a fuego lento durante 30 min. Mientras picaremos los puerros y los espárragos en trocitos pequeños, una vez cortado los saltearemos en una sartén con aceite de oliva a fuego medio, cuando empiece a dorar añadiremos las gambas, pasado un minuto salpimentamos y flambeamos con un poquito de brandi. Lo dejaremos reducir, y le añadimos 3 cucharadas soperas de harina, removemos hasta que quede todo mezclado. A continuación iremos añadiendo nuestro caldo de pescado pasado por el colador poquito a poco sin dejar de mover para evitar que nos haga grumos, una vez conseguida una textura cremosa, lo retiraremos del fuego.
Cogemos nuestros fantásticos lomos de merluza y partiremos en 4 trozos similares, salpimentaremos al gusto y lo depositamos en una fuente de horno, añadiremos nuestra salsa y hornearemos durante 15 minutos a 170 grados. Una vez cocinado, lo emplatamos decorándolo con las hojas de albahaca recién picadas, abrimos nuestra botellas de vino blanco y ya solo queda el disfrutar de nuestro plato en buena compañía y con una conversación animada.
Algo sencillo lo de hoy, pero delicioso.
Espero que alguien se decida a emprender este maravilloso viaje y disfrutar con él.
Gracias a los que habéis llegado hasta aquí, y deseando leer vuestros comentarios, críticas o sugerencias, contestare a todas. Nos vemos pronto.

Javier Zamorano